Mis primeros pasos en esta profesión fueron de adolescente en la Escuela de Teatro de Cristina Rota (Madrid) donde adquirí unos cimientos sólidos en improvisación y la técnica del Método. Además en aquella corrala del madrileño barrio de Lavapiés se alimentó aún más mi curiosidad inagotable por la naturaleza humana. Echando la vista atrás, quizá fuera ese momento de mi vida el que me llevaría a estudiar la carrera de Filosofía. Tras tres años en la Universidad Autónoma buscando respuestas, empecé a añorar el Arte Dramático. Necesitaba volver a la acción y me matriculé en los cursos vespertinos de la EMAD (Madrid) para compaginar ambas carreras, y allí me formé siguiendo las técnicas interpretativas de Brech y del teatro físico de   Leqcoq; así como me introduje en el mágico mundo del circo. Al terminar ambas carreras, me matriculé en la Escuela de Danza de Carmen Senra  donde continué formándome en  Jazz y Danza Contemporánea.

El tiempo fue pasando y tras trabajar en algunos proyectos de teatro que me dejaron huella y dónde aprendí muchísimo, volvía a mí una y otra vez la necesidad de poder trabajar al menos en dos idiomas diferentes. Sin pensarlo demasiado decidí salir de mi zona de confort y mudarme a Londres donde tuve que enfrentarme al reto de, primero aprender, y después interpretar en una Lengua diferente a la materna. En Londres he aprendido los secretos del verso shakesperaino, la fuerza transformadora del Teatro del Oprimido de Augusto Boal, he explorado en mayor profundidad la técnica Meisner, y sobre todo he tenido el inmenso privilegio de trabajar con profesionales de las artes escénicas de todas las partes de mundo que me han enseñado diferentes maneras de mirar y trabajar en nuestro oficio...Y aquí estoy ahora, trabajando a caballo entre Londres y Madrid, pero dispuesta a viajar donde me llaméis para seguir aprendiendo algo nuevo, cada día de mi existencia.